Un 4 de Diciembre de 1976, se reunían en la Ciudad de San Isidro, cuatro jóvenes con idénticas inquietudes y similares gustos musicales. El vacilante objetivo era el de formar un conjunto de música folclórica vocal con el único sabor o acento que los había acompañado desde las épocas de su adolescencia: El típico estilo salteño. Así de simple resulta el nacimiento de un nuevo grupo que se sumaba a los tantos ya existentes, con la misma ilusión y deleite con que se da comienzo a una tarea placentera.
El primer paso era identificarse a través de un nombre que sintetizara el sentimiento y gusto en el canto que los llevó a unirse.
Si bien el estilo era netamente salteño, ninguno de los integrantes era oriundo de Salta. Lo que expresaban nacía pura y netamente del alma. Así es que surge la idea del nombre a llevar, aceptada por originalidad y sentido: ALMA SALTEÑA. Los integrantes del grupo tenían recorrido ya un extenso camino dentro de la música folclórica nacional, por lo que rápidamente se logra el afianzamiento necesario para interesar a un sello discográfico. Y es así que en el año 1977 graban su primer disco de larga duración.
Lo que comenzó como una simple unidad de criterios ya tomaba formas definitivamente profesionales, comenzando una dura pero gratificante carrera artística que los va llevando paso a paso al ambicionado consenso popular.
Se suceden las actuaciones en festivales, radios, televisión y locales de espectáculos, mientras que paralelamente se van efectuando algunos cambios de integrantes que le van dando la verdadera fisonomía y personalidad artística a un conjunto folklórico de características singulares, que sigue grabando placas, manteniendo su estilo netamente tradicional y que continúa cosechando elogios y aplausos de críticos y público.